Había una vez, en un tranquilo pueblito, un padre amoroso llamado José Cabadas y sus cuatro hijos: Mayra, Norma, Víctor y Araceli Cabadas. Su vínculo era un tapiz de amor y recuerdos compartidos.

Con el paso de los años, sus hijos crecieron y aprendieron, moldeados por la guía amorosa de su padre. A medida que las estaciones cambiaban, la salud del Sr. José Cabadas comenzó a deteriorarse, enfermó gravemente y, lamentablemente, falleció.

Su hija Norma (propietaria) sintió un profundo vacío en su corazón, pero también llevaba consigo la fuerza y el conocimiento que su padre le había regalado a lo largo de los años, con el fin de mantener viva su legado de sabiduría y amor, y el amor supremo que tenía por toda su “COCINA”. Norma decidió hacer realidad un sueño que su padre alguna vez tuvo de un “RESTAURANTE”.

Nuestra propietaria Norma decidió abrir Delicias Del Viejo en gran honor a su amado padre, “José Cabadas”, como todos pueden visualizar en nuestro logotipo de Delicias Del Viejo. Tenemos al Sr. José Cabadas y su fiel compañero de toda la vida, su peludo amigo “Buddy”, que estuvo a su lado hasta el final de sus días y fue amado profundamente por el Sr. Cabadas y la familia. Definitivamente no podíamos dejar a Buddy fuera de la imagen junto a su dueño, ¡nunca nos lo hubiera perdonado!

Esta ha sido una travesía llena de altibajos, pero continuamos haciendo lo mejor para nuestros clientes y haciendo que todos los que entran a nuestra tienda se sientan amados y bienvenidos. Trabajando junto a Norma está su hermana menor, Araceli, quien es nuestra chef a tiempo completo y a quien apreciamos mucho. Su hijo menor, Ziletai, si has estado en nuestra tienda, sabes que siempre saluda a nuestros clientes con una sonrisa y brinda el mejor servicio al cliente. También contamos con la amiga de la familia, Miranda Ramírez, quien ha creído en este proyecto desde el primer día y continúa siendo un gran apoyo para Delicias del Viejo.